domingo, 29 de abril de 2012

Alice in the Wonderland. Bea (Zharah)


Hola de nuevo a todxs!!!! Hoy os traigo un cuento.. digamos.. particular.
Está inspirado en el libro de Lewis Carroll, Las aventuras de Alicia en el país de las maravilla.

Como yo soy la última en actualizar y ya tenía hecha la sesión, por lo menos he querido darle un toque personal a la historia para no saturar con tanta Alicia. Así que espero que os guste :)



Érase una vez una jovencita llamada Alice a la cual le encantaba imaginar y fantasear. Le atraía todo aquello que su mente le planteara y siempre tenía que buscarle algún sentido fuera de lo común a esos pensamientos bombardeantes, ya que desde pequeñita tenía la certeza de que existía algo más allá de nuestro mundo kaótiko y decadente.
Un lugar en el que no tuviésemos que estar sometidos bajo la palabra de unos cuantos y en el que sólo uno mismo dicta su camino. Un lugar dónde todo es autorrealización y satisfacción y en el que los problemas no tienen cabida.


Así pues, un día Alice decidió ir a leer su guía espiritual, de la que no se separaba nunca, a una pradera preciosa donde le gustaba pasar sus ratos libres disfrutando de la brisa y del sonido del riachuelo que pasaba justo al lado.
Se recostó bajo la sombra de su árbol favorito y comenzó a leer.

Sumida por el sueño, su cabeza empezó a desvariar ligeramente, como una neblina de pensamientos ilógicos que se cruzan de lado a lado. En esos momentos no era consciente de que se estaba durmiendo, o al menos eso es lo que creería ella al “despertar” en un extraño lugar.

Un poco aturdida y desconcertada, se preguntaba cómo había ido a parar a ese sitio. Cómo se había desvanecido el tiempo transcurrido entre el momento de la pradera y este. Y sobre todo se preguntaba… ¿Será cosa de la marihuana?

Se sentó en el tronco de un árbol que había a sus pies y a pesar de no saber lo que estaba ocurriendo, Alice sentía dentro de sí algo diferente. Se sentía muy segura y en paz consigo misma.

-          ¿Estaré soñando? Es lo más lógico que puedo pensar en estos momentos…

En ese mismo instante, una voz picajosa y alegre emergió
de algún lugar.
-          Querida, aquí no existe la lógica.
                
Alice se sobresaltó y empezó a mirar a los lados sin llegar a ver a nadie a su alrededor.

-          ¿Quién eres? ¿Dónde estás?
-          No te asustes, no quiero hacerte daño. Solo puedo mostrarte quién soy si realmente estás
     dispuesta a ello.

Todavía algo confusa, Alice se levantó del tronco,
esperó unos segundos y se dispuso a decir:
-          Lo estoy.
-          Bien. Ahora mira hacia arriba.




Para su sorpresa, aquella persona se encontraba en lo más alto de un árbol sentada en una rama sobresaliente, con las piernas cruzadas y bebiendo una taza de “té” aparentemente. Su rostro parecía hierático, pero sin embargo transmitía una tranquilidad y una confianza que a Alice le resultaba algo familiar. A pesar de que su vista no alcanzaba a ver de quién se trataba, por su voz intuía que era una chica.

-          ¿Dónde estoy?
-          ¿Dónde quieres estar?
-          Me gustaría saber cómo has subido allí arriba. Seguro que desdé ahí puedo ver dónde estoy y saber volver a casa. ¿Cómo lo has hecho?
-          Deseándolo.
-          ¿Me estás tomando el pelo?

Aunque Alice trataba de aparentar algo de cordura, había algo dentro de ella que la empujaba a creer, aunque fuera un poquito, en las palabras de esa bebedora de té.
Finalmente tras un momento de silencio, accedió y dijo:

-          Está bien. No pierdo nada por intentarlo.
-          Así me gusta. Ahora cierra los ojos si eso te tranquiliza y concéntrate. Siente que tu cuerpo no es más que una armadura. Una armadura que pesa y te impide elevarte. Pero bajo esa armadura se encuentra la responsable de todas tus acciones, tú misma, tu alma. Ahora deséalo. Deséalo con todas tus fuerzas, yo sé que puedes hacerlo. – Decía esta vez con una amplia sonrisa.

Alice cerró los ojos, se concentró y fue en ese momento cuando miles de los pensamientos, de esas ideas locas que ya se había planteado desde hace años, regresaron todas de golpe a su cabeza. Una energía indescriptible empezó a recorrer cada rincón de su cuerpo. Cada dedo, de las manos, de los pies; cada centímetro.
A lo que Alice abrió los ojos,  para su sorpresa se encontraba levitando a unos cuantos metros del suelo.


-          No te pongas nerviosa. Puedes hacerlo y hay algo dentro de ti que lo sabe.
-          ¡Estoy volando! ¡Estoy volando! – Repetía una y otra vez sin dejar de reírse.

A pocos metros de esa rama su expresión cambió….¿ Por qué?
Porque a medida que se elevaba, ese rostro tan familiar que antes no podía ver con claridad, empezó a materializarse y en ese momento supo lo que estaba pasando.
La persona que había ahí arriba… era ella.


Alice se sentó a su lado y nunca mejor expresado.

-          Pero… no lo entiendo…
-          Alice, soy tú. Soy tu ego, tu yo, tu conciencia. Siempre has creído que existía algo más. Que podías llegar a ser feliz fuera del mundo que el hombre ha llevado a la destrucción. Y aquí estás. ¿Recuerdas lo último que estabas leyendo en tu guía espiritual?
-          Pues… sí. Creo. Era algo sobre los viajes astrales. – Dijo aún desorientada.

-          ¿Y sigues sin saber dónde estás?
-          Estoy en mi mente….
-          Estás conociendo tu mente. – Corrigió - Yo sabía que lo podías conseguir y por eso lo has conseguido. Porque yo formo parte de ti y siempre te he estado empujado a que lo hicieras. La mente de una persona es lo más valioso que tiene en esta vida. El mundo puede irse a la mierda, pero nuestras ideas, nuestras ilusiones, siempre permanecen dentro de nosotros. ¿Quieres que te muestre una cosa alucinante? Sígueme.


[Continuará…]

Námaste.

4 comentarios:

  1. Muy muy chulo el enfoque que le has dado, y las fotos una pasada!! Me encanta la del fondo de las cerraduras <3
    El vestuario es una monería!!

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  2. Me gusta un montón!!!!!! Las de la mesa hacen un conjunto muy bonitoo!!!!!!! La de la carta de póker, la de las cerraduras... Yuju!! Ha quedado genial ^^ Besoss

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  3. Bea, te ha quedado genial. Sinceramente (y lo digo siendo gran fan del libro original de Lewis Carroll)me ha encantado tanto lo narrado como las fotografías empleadas, artísticas y elocuentes. *Admiración* ^^

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