Hola de nuevo a todxs!!!! Hoy os
traigo un cuento.. digamos.. particular.
Está inspirado en el libro de
Lewis Carroll, Las aventuras de Alicia en el país de las maravilla.
Como yo soy la última en actualizar y ya tenía
hecha la sesión, por lo menos he querido darle un toque personal a la historia
para no saturar con tanta Alicia. Así que espero que os guste :)
Érase una vez una jovencita
llamada Alice a la cual le encantaba imaginar y fantasear. Le atraía todo
aquello que su mente le planteara y siempre tenía que buscarle algún sentido
fuera de lo común a esos pensamientos bombardeantes, ya que desde pequeñita tenía
la certeza de que existía algo más allá de nuestro mundo kaótiko y decadente.
Un lugar en el que no tuviésemos
que estar sometidos bajo la palabra de unos cuantos y en el que sólo uno mismo
dicta su camino. Un lugar dónde todo es autorrealización y satisfacción y en el
que los problemas no tienen cabida.
Así pues, un día Alice decidió ir
a leer su guía espiritual, de la que no se separaba nunca, a una pradera
preciosa donde le gustaba pasar sus ratos libres disfrutando de la brisa y del
sonido del riachuelo que pasaba justo al lado.
Se recostó bajo la sombra de su
árbol favorito y comenzó a leer.
Sumida por el sueño, su cabeza
empezó a desvariar ligeramente, como una neblina de pensamientos ilógicos que se
cruzan de lado a lado. En esos momentos no era consciente de que se estaba
durmiendo, o al menos eso es lo que creería ella al “despertar” en un extraño
lugar.
Un poco aturdida y desconcertada,
se preguntaba cómo había ido a parar a ese sitio. Cómo se había desvanecido el
tiempo transcurrido entre el momento de la pradera y este. Y sobre todo se
preguntaba… ¿Será cosa de la marihuana?
Se sentó en el tronco de un árbol
que había a sus pies y a pesar de no saber lo que estaba ocurriendo, Alice
sentía dentro de sí algo diferente. Se sentía muy segura y en paz consigo
misma.
-
¿Estaré soñando? Es lo más lógico que puedo pensar en
estos momentos…
En ese mismo instante, una voz
picajosa y alegre emergió
de algún lugar.
de algún lugar.
-
Querida, aquí no existe la lógica.
Alice se sobresaltó y empezó a mirar a los lados sin llegar a ver a nadie a su alrededor.
-
¿Quién eres? ¿Dónde estás?
-
No te asustes, no quiero hacerte daño. Solo puedo
mostrarte quién soy si realmente estás
dispuesta a ello.
dispuesta a ello.
Todavía algo confusa, Alice se
levantó del tronco,
esperó unos segundos y se dispuso a decir:
esperó unos segundos y se dispuso a decir:
-
Lo estoy.
-
Bien. Ahora mira hacia arriba.
Para su sorpresa, aquella persona
se encontraba en lo más alto de un árbol sentada en una rama sobresaliente, con
las piernas cruzadas y bebiendo una taza de “té” aparentemente. Su rostro
parecía hierático, pero sin embargo transmitía una tranquilidad y una confianza
que a Alice le resultaba algo familiar. A pesar de que su vista no alcanzaba a ver de quién se trataba, por su voz intuía que era una chica.
-
¿Dónde estoy?
-
¿Dónde quieres estar?
-
Me gustaría saber cómo has subido allí arriba. Seguro
que desdé ahí puedo ver dónde estoy y saber volver a casa. ¿Cómo lo has hecho?
-
Deseándolo.
-
¿Me estás tomando el pelo?
Aunque Alice trataba de aparentar
algo de cordura, había algo dentro de ella que la empujaba a creer, aunque
fuera un poquito, en las palabras de esa bebedora de té.
Finalmente tras un momento de silencio, accedió y dijo:
Finalmente tras un momento de silencio, accedió y dijo:
-
Está bien. No pierdo nada por intentarlo.
-
Así me gusta. Ahora cierra los ojos si eso te
tranquiliza y concéntrate. Siente que tu cuerpo no es más que una armadura. Una
armadura que pesa y te impide elevarte. Pero bajo esa armadura se encuentra la
responsable de todas tus acciones, tú misma, tu alma. Ahora deséalo. Deséalo
con todas tus fuerzas, yo sé que puedes hacerlo. – Decía esta vez con una amplia
sonrisa.
Alice cerró los ojos, se
concentró y fue en ese momento cuando miles de los pensamientos, de esas ideas
locas que ya se había planteado desde hace años, regresaron todas de golpe a su
cabeza. Una energía indescriptible empezó a recorrer cada rincón de su cuerpo.
Cada dedo, de las manos, de los pies; cada centímetro.
A lo que Alice abrió los
ojos, para su sorpresa se encontraba
levitando a unos cuantos metros del suelo.
-
No te pongas nerviosa. Puedes hacerlo y hay algo dentro
de ti que lo sabe.
-
¡Estoy volando! ¡Estoy volando! – Repetía una y otra
vez sin dejar de reírse.
A pocos metros de esa rama su expresión
cambió….¿ Por qué?
Porque a medida que se elevaba,
ese rostro tan familiar que antes no podía ver con claridad, empezó a
materializarse y en ese momento supo lo que estaba pasando.
La persona que había ahí arriba…
era ella.
-
Pero… no lo entiendo…
-
Alice, soy tú. Soy tu ego, tu yo, tu conciencia.
Siempre has creído que existía algo más. Que podías llegar a ser feliz fuera
del mundo que el hombre ha llevado a la destrucción. Y aquí estás. ¿Recuerdas
lo último que estabas leyendo en tu guía espiritual?
-
¿Y sigues sin saber dónde estás?
-
Estoy en mi mente….
-
Estás conociendo tu mente. – Corrigió - Yo sabía que lo
podías conseguir y por eso lo has conseguido. Porque yo formo parte de ti y
siempre te he estado empujado a que lo hicieras. La mente de una persona es lo
más valioso que tiene en esta vida. El mundo puede irse a la mierda, pero
nuestras ideas, nuestras ilusiones, siempre permanecen dentro de nosotros.
¿Quieres que te muestre una cosa alucinante? Sígueme.
[Continuará…]
Námaste.
Muy muy chulo el enfoque que le has dado, y las fotos una pasada!! Me encanta la del fondo de las cerraduras <3
ResponderEliminarEl vestuario es una monería!!
Me gusta un montón!!!!!! Las de la mesa hacen un conjunto muy bonitoo!!!!!!! La de la carta de póker, la de las cerraduras... Yuju!! Ha quedado genial ^^ Besoss
ResponderEliminarBea, te ha quedado genial. Sinceramente (y lo digo siendo gran fan del libro original de Lewis Carroll)me ha encantado tanto lo narrado como las fotografías empleadas, artísticas y elocuentes. *Admiración* ^^
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
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